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Wu Ming, en el web se juega con la historiaTommaso De Lorenzis, “La Repubblica” - Bolonia 20/02/2007Ya está on-line el sitio interactivo de la nueva novela dedicada a las tribus indígenas. Desde hoy en Internet, la primera etapa de aproximación a “Manituana” que será publicada el 20 de marzo. Precede al libro este debut entre mapas iroqueses, personajes y “cuestionarios” TOMMASO DE LORENZIS Un toque de ratón y comienza el viaje. Es un salto en el espacio-tiempo. Al otro lado del Atlántico. Al corazón de las Seis Naciones Iroquesas, cuando la sangre inglesa todavía se mezclaba con la indígena y la convivencia entre grupos diferentes entrelazaba costumbres, culturas y sabiduría. Y es desde aquí, de Iroquirlanda, desde donde se despliega la trama de Manituana, la nueva novela del colectivo Wu Ming (que estará en las librerías exactamente dentro de un mes) ambientada durante la revolución americana, a partir de 1770. Pero el viaje hacia esta “tierra media”, que flota entre la historia y la leyenda, los arquetipos clásicos y la magia chamánica, ya se ha iniciado. Si los píxeles emanaran aromas, lo que se encuentra en www.manituana.com desprendería el olor de un antiguo pergamino entremezclado con fragancias de bosque. Más que un sitio, parece un enlace dimensional con un mundo remoto, posicionado del «lado equivocado de la Historia», asomado a la infernal masacre que algunos llaman “independencia americana”. A veces, las lívidas luces del ocaso pueden confundirse con el resplandor de una aurora. Manituana es mucho más que un título, y el sitio de la Web que anticipa su publicación no es una mera táctica alternativa de marketing. Más allá de la reconocida capacidad de difusión atribuida a la red, emerge otro objetivo. La apuesta supone la progresiva reducción de la brecha entre productores y usuarios de contenidos. Manituana ha sido creada como una entidad con el poder de rasgar la superficie de las páginas, para desarrollarse a lo largo de sinuosas subtramas, a través de niveles narrativos oblicuos, en las innumerables acciones de personajes secundarios y hasta sobre soportes distintos de la palabra escrita, poniendo en práctica la denominada narración transmedia. El motor de este potencial proceso participativo es una plataforma virtual ideada, ya desde la primera impresión, para garantizar la coherencia y la unidad del imaginario. Realizado por el laboratorio de comunicación chia lab, con un elegante estilo minimalista que conjuga el fondo blanco con fantasmagóricas siluetas, el sitio evoca las fórmulas de un videojuego. Y es precisamente a una mesa de juego que Wu Ming, con conocido brío blissettiano, invita a su comunidad, solicitando -tal como sucede en cualquier actividad lúdica- el respeto de algunas reglas. No por nada el modelo interactivo prevé una selección editorial de los contenidos basada en un método aplicado, exitosamente, en la gestión de la newsletter “Giap”. Cualquiera puede visitar la Casa Grande de los Iroqueses, pero para crear una "fracción de mundo" es necesario compartir un conjunto de nociones. Por eso la arquitectura de las páginas web es de tipo vertical. El nivel abierto, apropiado para adquirir la información básica (el "código fuente" de este universo open source), se extiende con un segundo nivel, cuyo acceso está restringido por una contraseña que supone el conocimiento del texto. De esta forma se evita dar indicios que echarían a perder el gusto de la lectura y al mismo tiempo se pone a los "jugadores" en igualdad de condiciones. Por supuesto, este mecanismo no implica límites a la circulación "copyleft", es decir libre y no protegida con copyright. La conexión entre los dos planos descansa en una relación de analogía. Así, a los “relatos amotinados y rebeldes” que en el nivel inicial hacen las veces de prolegómenos, se corresponderán -en el nivel avanzado- las trayectorias narrativas expansivas, nuevas líneas de desarrollo o micro-historias desenterradas de los recovecos de la trama. La diversión está asegurada con Google Earth, explorando los lugares de la narración entre imágenes satelitales y mapas de época. Con una parada en un viejo fortín inmune al paso del tiempo, rebotando de Oswego a Nueva York, viene a la mente esa mentirijilla que dice que los buenos juegos duran poco. Duran mientras se pueda seguir jugando. 20.02.07 · en recensioni |